Expresiones de activistas y especialistas de género plasmadas en redes sociales exigen una reparación del daño después de que el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM exhibió una obra en donde hay dos piezas que revictimizan a trabajadoras sexuales de la tercera edad que habitan en el albergue casa Xochiquetzal.
La exhibición Tembló Acá un Delirio, de Ana Gallardo, causó indignación en las personas que coordinan la Casa Xochiquetzal por el lenguaje ofensivo con el que se dirige a las trabajadoras sexuales que han llegado a la tercera edad y que se albergan en este lugar, ubicado en la zona de la antigua Merced, al oriente del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Palabras como “puta” o “prostituta” en una narrativa tallada en un muro que ocupa gran parte de una sala y el video de una de las mujeres que recibe asilo y que está próxima a morir son elementos que revictimizan y violentan a las trabajadoras sexuales y a las personas de la tercera edad que viven en Casa Xochiquetzal, a quienes la autora muestra como obstáculo para realizar su "obra artística".
El MUAC había ofrecido previamente una explicación a través de un comunicado, al decir que no es la primera vez que se exhibe la obra de Gallardo, ocurrió desde 2012 y estuvo en varios países como Argentina y España. Pero eso no resta el agravio que sintieron en Casa Xochiquetzal ni muchas mujeres que han expresado sus posturas en sus redes sociales.
El llamado en varias voces es a reparar el daño por parte del MUAC y de Gallardo a la Casa por la forma en que se expresa de ellas, por mostrar a Gallardo como víctima, cuando las mujeres que viven en esa casa sufren muchas otras violencias por su condición de pobreza, entre otras cosas y han enfrentado violencia social, económica y de género a lo largo de su vida.
La forma en que Gallardo y las autoridades describen que ocurrieron los hechos para que llevara a cabo su proyecto artístico, han sido descritas como “extractivista”, que sólo extrajo lo que le convino y no retribuyó en nada al bienestar de la casa, una agresión común en el colonialismo, donde se saquean los bienes naturales de una región ocupada.
El domingo por la tarde ocurrió la protesta con intervención de mensajes en las puertas del MUAC y la espiga del Centro Cultural Universitario con mensajes que dicen “La violencia no es arte”, “UNAM putxfóbica” y señalando la condición de blanquitud y privilegio de la autora.
Respecto al tema, una usuaria publicó: Cuántas formas de discriminación logró ejercer la artista en un solo muro.
El MUAC explica la obra narrando las "desgracias" de Ana Gallardo:
"Ana quería desarrollar un proyecto artístico en un geriátrico para trabajadoras sexuales que vivían en situación de calle en la Ciudad de México; la directora del lugar le puso como condición para hacerlo, tener que cumplir con 70 horas de voluntariado cuidando a Estela. Una trabajadora sexual parapléjica que vivía en condiciones deplorables. Ana aceptó cuidar de ella pero poco tiempo después Estela falleció.
Ana nunca pudo desarrollar el proyecto en el geriátrico, únicamente hizo un video clandestino que se titula “Estela”, el cuál está expuesto a lado del muro, dejando así un extracto para un fracasado proyecto".
¿Un video clandestino?
La carta de la directora de la casa Xóchiquétzal afirma que Ana estuvo un día y nunca regresó.
¿Como qué demonios le podría importar -a mujeres agobiadas por tantas urgencias- que alguien irrumpa para "hacer un proyecto artístico" con ellas?
Ay, pobrecita Ana, esas ingratas "putas viejas" le arruinaron la posibilidad de colgar en los muros la tercera edad, el abandono, la precariedad y el desamparo.
Otra usuaria de redes sociales, especializada en temas de género, publicó en su muro de forma pública:
“Desde el #gerontoactivismo hemos aprendido a ver problemáticas sociales desde una perspectiva de paso de vida y como la de género, infancias o juventudes, esta perspectiva también tiene que tener análisis interseccional, que atraviese por la raza y la clase para no caer en lo que la Ana hace que resulta ser estigmatizante y promueve que se sigan alimentando prejuicios y discrimin4ción.”,
“Por eso considero, es tan escandaloso y agraviante no solo para la memoria de Estela y la Casa Xochiquetzal sino para todas las trabajadoras sexuales, porque se sigue alimentando un #discursodeodio y todo desde el MUAC Museo Universitario Arte Contemporáneo que está comentiendo un acto de discriminación.”, agreaga.
Luis Adrián Vargas, curador de la exhibición en la que un Zapata fue exhibido en una postura gay, comentó a Explora CDMX que “Ojalá que el MUAC y la artista encuentren cómo reparar el agravio a la Casa Xochiquetzal y a la memoria de la mujer representada sin que la exposición sea cerrada antes de terminar su ciclo”.
“Confío en que se abre un espacio de aprendizaje, visibilidad y restitución de dignidad moral y diálogo tanto para las trabajadoras sexuales, las habitantes de la casa y la experiencia de envejecer de la que se ha ocupado Gallardo a lo largo de su carrera. Los museos son arena de lo público y espacio para construir una sociedad justa y no justiciera.”, comentó brevemente.
Vargas fue el curador en la exhibición que causó polémica por la pintura “La revolución”, de Fabián Chairez, en la exposición Emiliano Zapata después de Zapata, en el Museo del Palacio de Bellas Artes en 2019.
En su opinión, “retirar una obra de arte o cerrar una exposición no es necesariamente el camino y sienta un precedente negativo para la cultura en el país. Los museos son espacios dialógicos para la construcción del debate, el desacuerdo y los concensos.”
El MUAC informó antes de la manifestación en sus puertas que buscaría el diálogo con Casa Xochiquetzal. Explora CDMX buscó a ambas instituciones, pero no obtuvo respuesta de forma inmediata.
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